Mi niño toma la fruta
con manos de golondrinas,
deditos que están mojados
con néctar de mandarina.
Por la ventana, la luna
le mira morder los gajos
más dulces que el de los frutos
que brotan de los naranjos.
La luna lo está mirando,
mi niño está contento
porque la luna, esta noche,
le contará lindos cuentos.
Se contornea el viento
que entra por las ventanas,
anhela jugar mi niño
con la lunita gitana.
Le están diciendo los astros,
desde el cielo sereno,
que puede jugar con ella
en el jardín de los sueños.
Besitos de mandarina,
sonrisas de caramelo,
mi niño escolta a la luna
por los senderos del cielo...
Olga Cortez Barbera
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